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Javier Lara, el artista de Tixtla para el mundo

Después de vivir 10 años en la Ciudad de México, Javier regresó a su municipio para hacer producción personal y apoyar a nuevos artistas.


Texto: Itzel Urieta

Foto: Oscar Guerrero

Javier Lara Díaz, originario de Tixtla, tuvo su primer acercamiento con el arte en 1984 cuando tenía 11 años y cursaba el sexto año de primaria. En ese año se comenzaron a pintar los famosos murales de Tixtla, ubicados en el antiguo ayuntamiento de la ciudad.

Antes de conocer el trabajo de lo murales, él ya pintaba y dibujaba, desconocía que eso se llamara arte, sólo plasmaba su imaginación.

Los murales de Tixtla se hicieron en siete años. La obra fue dirigida y realizada por el maestro Jaime Gómez del Payán.

Gómez del Payan, daba clases de dibujo y pintura a varios niños en Tixtla, Javier acudió por dos años a las clases, fue así que el maestro Gómez del Payán lo invitó a él y a otros dos de sus compañeros a participar en el mural.

“En la tercera y cuarta etapa del mural, nos dice (Gómez del Payán), que comencemos a trabajar algunos detalles del mural”, recuerda Javier.

Gómez del Payan inmortalizó la infancia de Javier Lara y la de uno de sus amigos al pintarlos en la parte oeste del mural, ahí se observa a dos niños sentados, uno de ellos parece contar a otro la historia del mural. Javier Lara es uno de esos niños.

“Todavía guardo uno de los bocetos que hizo el maestro Gómez del Payan a lápiz”, recuerda.

Dedicarse al arte

Javier Lara reconoce que no sabía que podía dedicarse al arte como profesión y forma de vida.

Cuando estaba por culminar la preparatoria, ya tenía definido que quería estudiar arte. Fue en 1991 cuando migró a la Ciudad de México a estudiar.

Ingresó a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, ahí estudió la licenciatura en artes plásticas. Para solventar algunos gastos, Javier vendía dibujos a sus compañeros de otras licenciaturas, quienes le pagaban de 80 a 150 pesos, los cuales le servían para pagar algunas cosas.

En su carrera aprendió técnicas como el óleo, acrílico, temples y el grabado. A pesar de que la mayoría de su trabajo es en óleo, el grabado es la técnica en la que está enfocado actualmente.

Terminó su licenciatura y se dedicó al área de pintura. Toda su obra eran óleos y acrílicos.

“Hasta hace casi siete años, comenzamos a trabajar obra gráfica, grabados”, dice.

Después de vivir 10 años en la Ciudad de México, regresó a Tixla para hacer producción personal y apoyar a nuevos artistas.

Javier Lara en el arte

Javier Lara lleva más de 20 años en el arte, tiempo en el que ha logrado que su trabajo sea reconocido a nivel nacional e internacional, así como representar a Tixtla.

Las obras de Javier Lara están ligadas a la cultura y tradiciones de la zona Centro del estado. Tiene diferentes obras sobre danzas y rituales de petición de lluvias que se realizan en las comunidades cercanas a Tixtla.

Muestra en cada obra como se viven estas tradiciones desde perspectivas diferentes, de acuerdo a las comunidades. Tiene también una serie de obras sobre las danzas.

Ha participado a nivel nacional con temáticas de obras gráficas

Javier Lara es reconocido a nivel nacional e internacional, por lo que ha tenido la oportunidad de llevar su obra dentro y fuera del país.

“Hemos estado en Aguascalientes, en el Tlaneplanta, en Zacatecas”, todos estos lugares en encuentros de grabado.

A nivel internacional, sus obras llagaron a Texas, en San Diego California, en donde presentó 45 grabados.

“Hemos estado participando con una asociación francesa, que cada año nos ha invitado a una exposición que ellos tienen”, contó Javier.

Muchas de sus obras las vendió en sus participaciones a nivel internacional.

Javier Lara trasciende fronteras y muestra parte de la cultura del estado al mundo.

Taller de grabado El Viejo Ranero

Además de trabajar en las obras sobre tradiciones de la zona Centro, otro de los objetivos por los que Javier Lara decidió regresar a Tixtla fue para crear un espacio en el que artistas locales pudieran generar obras, así nació el Taller de grabado El Viejo Ranero.

El nombre del taller es en referencia a una leyenda local de Tixtla. La leyenda cuenta que existía una persona que vivía en la parte baja cercana a la laguna de Tixtla que no se dejaba ver mucho y guardaba cierto misterio. Se conocía que era una persona que tenía mucho conocimiento y que durante el tiempo que vivió ahí había cosecha abundante para los campesinos.

“Y ahora nosotros en el taller también queremos que haya buenas cosechas pero de grabado, de obra de arte”, comenta Javier Lara.

Reconoce el gran apoyo se su familia, principalmente su esposa, la antropóloga, Rosa Icela Robles Jiménez, quien es parte fundamental del taller y apoyó desde que surgió como idea.

El taller lleva unos seis años de funcionar y actualmente ya no sólo es para producción personal de Javier Lara, varios artistas lo han visitado y producido obras, también ha impartido algunos cursos de grabado.

Otro de sus objetivos es acercar el arte a las comunidades lejanas, principalmente a niños y jóvenes que no tienen acceso al arte.

Por eso creó el taller de grabado móvil. “Llevamos el taller a la comunidad de Alomolonga, hemos estados en los barrios más retirados de Tixtla. El resultado ha sido muy bueno, el interés de los niños ahí está, han desarrollado parte de su trabajo con toda su espontaniedad y libertad”.

Los temas que desarrollan los niños y jóvenes son libres, de acuerdo con Javier Lara, lo que más plasman son cosas de sus comunidades.

Actualmente el taller de grabado móvil paró, piensa retomarlo en unos días. Entre sus objetivos es llevar el taller a la comunidad de Acatempa y en el Jardín del Arte en Tixtla.

“Vamos a seguir moviendo la obra, seguir promoviendo el trabajo, llevarlo a otros espacios”, sostiene.

Llamó a los niños y jóvenes interesados en el arte, a visitar exposiciones, galerías a estudiar y prepararse de manera profesional.

“Es parte importante de un artista encontrar tu propio lenguaje, cómo decir las cosas a través del arte”, afirmó Javier.