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Eutimio elabora y vende escobas de vara, pero ya casi nadie las compra

El artesano añora los tiempos de antaño, cuando la gente barría su calle y tenía patios grandes


Texto: Yasmín García. Chilpancingo, 31 mayo 2024

Foto: Oscar Guerrero

En una de las banquetas de la colonia Universal, don Eutimio Vargas Sánchez vende las escobas de vara que elabora, oficio que heredó de su padre y que a sus 84 años sigue ejerciendo para llevar el sustento a su familia.

Cada tercer día, don Eutimio va por la vara al cerro de la colonia Rosario Ibarra; a las 7 de la mañana llega al cerro para cortar con un machete la vara, el segundo paso es amarrarlas con un mecate y prensarlas con piedras para darles forma de escoba.

A las 11 termina y se regresa a su casa con las escobas que venderá en la ciudad.

Eutimio añora los tiempos de antaño; cuando vendía hasta 20 escobas en un día, porque las personas tenían patios grandes y las calles no estaban pavimentadas, había la costumbre de barrerlas todas las mañanas, porque eran de terracería, y las escobas de plástico no aguataban, se maltrataban rápido.

En la actualidad las escobas de vara ya no se venden.

“Si tengo suerte llego a vender una, a veces no vendo nada, pero no puedo dejar de trabajar, de buscarle; le voy luchando, así ganamos algo, vamos luchando para ir comiendo, todo esta caro”, dice Eutimio.

En la temporada de estiaje, el adulto mayor se dedica a la venta y elaboración de escobas, pero en la temporada de lluvias trabaja en la extracción de arena, una labor pesada y poco redituable; la cubeta de arena la vende en 10 pesos.

“La competencia en la venta de escobas está dura, porque ahora pura de plástico; en la arena también ya hay almacenes grandes hay puro billetudo, fui a ofrecer mi arena, pero dicen que no que ya les llevan por volteos no por cubeta”, relató.

Eutimio considera que a sus 84 años está sano y fuerte para seguir trabajando.

“De las flemas de repente padezco, de ahí en fuera estoy bien, normal, pura madera buena a mi edad, ahorita pura madera tierna que no dura”, dice sonriente.

Aunque a Eutimio le resulta difícil escuchar, no considera que sea una enfermedad y un obstáculo para trabajar.

Eutimio agradece a Dios por su salud, y le pide que lo deje seguir trabajando “otros dos años siquiera”.

De acuerdo a cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el 5 por ciento del total de los trabajadores en México, son adultos mayores de 65 años o más.