Maximiliano Vélez: el protector de serpientes atropelladas, quemadas y golpeadas
Debido a su interés y amor hacia las serpientes, algunos pobladores lo han tachado de brujo
Yasmín García. Chilpancingo, 7 de agosto 2024
Foto: Oscar Guerrero
Maximiliano Vélez Arcos ha rescatado, cuidado y liberado a serpientes atropelladas y golpeadas por más de una década en el poblado de Acahuizotla, eso ha generado que lo tachen de brujo.
La casa de Max como es conocido entre la población, se encuentra a borde de carretera, desde ahí se da cuenta cuando una serpiente es atropellada en un tramo de la carretera federal Chilpancingo-Acapulco, o es alertado por sus vecinos.
En su domicilio tiene tres serpientes a su cuidado, una de ellas se trata de una culebra oliva o ratonera (senticolis triaspis) que rescató en un domicilio de Acahuizotla hace un mes y medio, fue golpeada con trozos de leña que le causó que casi muriera. Max la llevó a su casa, la cuida y la alimenta, por sí sola no puede cazar a sus presas debido a los golpes.
“Está en rehabilitación, ya tuvo su primera muda, no muy buena, le seguimos dando comida asistida por las lesiones que tiene no puede pasar la presa completa, se le complicaría quizás se ahogaría, una semana más que esté, con que su muda de piel sea completa y se va para el campo”, dijo el rescatista de serpientes.
Otra serpiente que cuida Max es una boa o mazacuata (concriptor imperator), la cual perdió un ojo y tiene el hocico lastimado, cuando tomaba el sol a orilla de carretera la llanta de un carro le provocó las lesiones.
Max introduce trozos de pechuga de pollo en su hocico ya que por sí sola no puede cazar, “cuando este mejor que haya podido sanar se le ofrecerá un conejo, pollo, lo que comen”.
También tiene una falsa coral (lampropeltis triangular) en rehabilitación, esta serpiente la rescató de un bote de gasolina, debido al líquido presenta quemaduras, además quienes la introdujeron la pisaron en repetidas ocasiones.
SU INTERÉS Y AMOR POR LAS SERPIENTES
“Desde pequeño me habían metido ese temor de que las serpientes son muy malas, de algunos mitos que suelen picar con la cola o mamar el pecho de las mamas y a los niños darle la cola ese tipo de cuestiones”, relató Maximiliano, mientras agarraba sin protección alguna a la boa que en ocasiones lo ha mordido.
La primera vez que una serpiente mordió a Maximiliano fue cuando tenía ocho años, sintió mucho miedo por lo que las personas adultas comentaban de que eran malas o que podría morir, lo que no sucedió.
Desde esa época le surgió el interés de aprender acerca de estos reptiles, a los 10 años comenzó a rescatarlas y cuidarlas.
Actualmente Max tiene 23 años, estudia la carrera de medicina en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), es criticado porque no tiene estudios en biología o veterinaria y a pesar de ello se dedica al rescate y cuidado de las serpientes, lo que para algunos no está bien.
“Soy criticado por dicen es que tú no sabes, habrá gente que dirá mejor muertas, que no pasen por el tratamiento, uno hace lo que más se puede, con recursos propios y con el amor que les tengo, algunos otros por sus creencias de que dicen que son malas pero las serpientes son controladoras de plagas”, manifestó Max.
Cuando las serpientes sanan, el joven las libera en el monte, lo más lejos que puede de Acahuizotla, un poblado que pertenece al municipio de Chilpancingo y que se caracteriza por tener mucha agua y vegetación.
Pidió a la población no agredirlas y llamarlo en caso de que alguna se introduzca a sus hogares, ya que en esta temporada de lluvias buscan el calor.