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Las dificultades de enfrentar al cáncer de mama, Blanquita una historia inspiradora de esa lucha

Perdió uno de sus senos pero no las ganas de luchar y ayudar a otras mujeres


Texto: Yasmin García Chino

Foto: Oscar Guerrero

Chilapa, 20 de noviembre 2023

Blanca María Cordero Hernández sobrevivió al cáncer de mama, tenía 33 años cuando los médicos le detectaron la enfermedad, ahora tiene 38, perdió uno de sus senos pero no las ganas de seguir adelante junto a su esposo y sus dos hijos que nunca la dejaron sola.

En 2019, Blanca se realizó una autoexploración en el seno izquierdo porque había sentido una pequeña bolita que apenas era perceptible. Ella le comentó a su esposo Aurio Bello Dircio, quien le respondió que fuera al centro de salud a checarse.

Blanca acudió al Centro de Salud de Chilapa, municipio donde radica. Tras la revisión, el médico le dijo que se trataba de un fibroadenoma, algo normal en las mujeres, que crece de cinco a seis centímetros, que en ocasiones causa dolor, pero que se quitaban con una cirugía, además le recetó desinflamatorios.

“Me dijo que no me estuviera tocando y que si tenía alguna molestia que fuera y me podría programar para cirugía”, contó.

Blanca regresó a casa más tranquila con el diagnóstico del médico, aunque más tarde se daría cuenta que sufrió una negligencia médica.

Pasaron meses cuando Blanca regresó al Centro de Salud porque detectó que “la bolita” había crecido, y fue canalizada con el ginecólogo del hospital quien le realizó una biopsia, pero en el procedimiento el ginecólogo revictimizó a Blanca.

“Me hace una biopsia que no se debe hacer y la manda a estudiar. Fue algo muy feo, no tiene la preparación, fue duro, se burló de mí, me estaba picando con una jeringa el tumor, yo hacía gestos de que me dolía, él se burló de mí, me dijo sientes que te estas muriendo. Pensé que estaba exagerando y mandó a examinar lo que extrajo con la jeringa”, contó Blanca.

La muestra que le había extraído en el hospital general de Chilapa, Blanca la llevó a un laboratorio privado, y tras la mala experiencia decidió acudir con una médico particular, ella fue quien le dio el diagnóstico.

“Ella me dijo, su prueba salió positiva, usted tiene cáncer de mama. Ella me hizo el favor de mandarme al programa detención de cáncer en la mujer en Acapulco, desafortunadamente ese programa del gobierno estatal ya no está, me programaron para cirugía”.

Cuando Blanca llegó al Hospital de Cancerología en Acapulco su cáncer ya era etapa dos. La incapacidad del personal médico de Chilapa y la falta de tacto provocaron el avance del cáncer.

“Mientras que en el Centro de Salud de Chilapa me dijeron que no era nada, pensé en demandar, pero la doctora y la psicóloga de cancerología me dijeron que necesitaban que me concentrará en mi tratamiento porque venía algo fuerte que tenía que enfrentar”.

El miedo invadió a Blanquita –como le dicen sus familiares y amigos– y los médicos de cancerología le dijeron que lo mejor que podía pasar es que el cáncer no llegará a otra parte de su cuerpo, además debían de quitar su seno izquierdo “a la voz de ya”.

Blanca pensó lo peor, en la muerte, en su esposo, en sus hijos, en esa época (2019) su pequeño tenía apenas cuatro años y su hija mayor, 12.

“Mi esposo nunca me dejó sola, me dijo que lo que dijera la doctora lo íbamos a hacer, si eso me ayudaría a salvar mi vida, a estar bien, me daba la confianza”.

Su esposo, la pieza clave

Blanca y Aureo se hicieron novios en la preparatoria, se casaron en el año 2014 por la iglesia, pero juntos llevan ya 18 años.

Después de la mastectomía, Aureo le dijo a Blanca que él sería ese seno que le faltaba, que para él siempre sería una mujer hermosa y siempre estaría con ella.

Aurio acompañó en todo momento a sus citas con el médico a Blanca en Acapulco. Sin embargo, en la pandemia dejó de hacerlo ya que se quedó sin trabajo por seis meses, y el viaje implicaba gastos, dinero que no tenían.

El cáncer es una enfermedad que desgasta físicamente, emocional y económicamente a las familias de las pacientes.

En el 2020, Blanca sintió otra bolita en el hombro, el cáncer había regresado, pero ahora en otra parte de su cuerpo. El doctor le pidió conseguir la quimioterapia y los medicamentos ya que el hospital de cancerología ya no contaba con ningún servicio gratuito.

Algunas personas se alejaron de ella y de su familia, y otras se sumaron a su red de apoyo.

“Había noches en las que me sentía muy mal, le decía a mi esposo siento que ya no voy amanecer, y él en manera de broma y para animarme me decía no como crees, no tenemos dinero para el funeral, y yo me reía porque tenía razón. Muchas personas que yo quería se alejaron, nos dijeron que no iban a detener su vida por nosotros, pero Dios me recompensó con personas que no conocía, que me dieron dinero para poder sufragar algunos gastos de mi tratamiento, que me dieron ánimo, son mis ángeles, y les agradezco mucho”, narró Blanca.

En cancerología se enteró que su relación con Aureo era única, algunas otras pacientes en medio de su batalla dura contra el cáncer habían sido abandonadas por sus parejas, y no tienen a nadie.

Blanca y Aureo, entendió que solo juntos lograron salir adelante.

“Es una persona maravillosa, él siempre ha estado ahí conmigo, lo amo, le agradezco la vida, siempre buscó la manera de que siguiera con mi tratamiento, es mi ángel, yo lo amo, lo adoro, a mis hijos, y a Dios le agradezco mucho”, dijo Blanca mientras sollozaba.

Cancelación de programas y servicios gratuitos para pacientes de cáncer

Con la llegada del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) en 2020, desaparecieron programas para tratar la enfermedad, también terminó la gratuidad de los medicamentos y el servicio de laboratorio, por ello muchos pacientes dejaron de ir a sus consultas y a sus quimioterapias.

“Teníamos el tratamiento gratis, estudios, consultas y después ya no, mucha gente dejó de ir, apenas sí te alcanza para el pasaje ahora para el tratamiento, una quimioterapia cuesta cinco mil pesos, medicamentos adicionales, es muchísimo dinero mucha gente falleció, también hay niños ellos se quedan hospitalizados en cancerología”, reprochó Blanca.

Mensaje a quienes luchan contra la enfermedad

Blanca recomendó a otras pacientes que: “Se encomienden a Dios, que le digan mira aquí te entrego mi vida, mis miedos. Voy hacer lo que esté a mi alcance, ayúdame a salir de esto.

Que se empapen del amor, hay personas que están solas, sí tenemos a una persona o dos que se sientan afortunadas, hay mucha gente que no tiene a nadie, que no pierdan la buena actitud, sobre todo que no se enganchen con esas cosas que dice la gente, esos cometarios negativos, es mentira que algo estamos pagando como la gente dice, que se enfoquen viene una batalla dura pero gracias a Dios, la ciencia avanza y el amor sana”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es la primera causa de muerte en México con 18 fallecimientos diarios.

A sus 38 años, Blanca todos los días sigue luchando contra la enfermedad, acude a sus citas médicas, toma sus medicamentos y actualmente busca una prótesis por mastectomía no por estándares de belleza sino por su propia salud ya que el peso la comenzó a agobiar.

Blanca ofrece su acompañamiento y apoyo a más mujeres que estén pasando por la enfermedad, ya ha ayudado a algunas dentro de sus posibilidades y aseguró que no dejará de hacerlo.

Blanquita no sólo sobrevivió sino se convirtió en una inspiración de lucha contra el cáncer para otras pacientes en Guerrero.