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“El agua nos llegó hasta el pecho, mi casa se inundó”, afectada por John

En Chilpancingo las familias que viven al borde del cauce del Río Huacapa, en laderas y comunidades las más afectadas


Yasmín Garcia. Chilpancingo, 30 de septiembre 2024

Foto: Oscar Guerrero

El huracán John causó severas afectaciones en Guerrero, las familias que tuvieron más pérdidas son las que viven al borde del cauce del río Huacapa, en laderas o en las comunidades.

Esther García y su familia viven en la colonia Jacarandas, donde habitan unas diez familias, la corriente de agua del río Huacapa inundó su vivienda construida de madera y lámina, este es un daño causado a su patrimonio que no recuperará a corto plazo.

“El agua nos llegó hasta el pecho comenzó a meterse a las 5 de la mañana del día jueves”, contó.

Sus enseres domésticos resultaron en pérdida total ya que quedaron inservibles y algunos se los llevó la corriente de agua.

Los estragos que dejó el huracán John en Guerrero aún son incuantificables, hasta el momento 15 personas han muerto por los estragos del fenómeno meteorológico, de acuerdo al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

El asentamiento Jacarandas está situado al norte de Chilpancingo, en ese sector, familias de las colonias Amate Amarillo, Sedue, Ampliación Bugambilias, Fraccionamiento Haciendita, Galeana y Valle Verde tuvieron pérdidas materiales.

La familia de Esther integrada por su esposo, su hijo, cuatro perros y tres gatos se alojaron en una construcción en obra negra junto a otras diez familias que sus casas quedaron bajo el agua.

No se alojaron en refugios temporales porque no sabían que lugares estaban habilitados, la Escuela Primaria 18 de Marzo, que en el 2013 se habilitó como refugio por el paso de Ingrid y Manuel este año permaneció cerrada.

“No sabemos a dónde ir no sabemos si hay refugios, ninguna autoridad ha venido, ese día de la inundación (jueves) pasaron gritando de lejos hasta la otra esquina que evacuáramos y desde a qué hora ya habíamos evacuado”, dijo la señora Esther.

Los vecinos afectados se turnan para cuidar de sus pertenencias que quedaron en sus viviendas con la esperanza de que aún funcionen.