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Tras masacre, Petatlán está blindado, al menos contra las protestas

Texto y foto: Emiliano Tizapa Lucena

“Señores les vamos a pedir que se retiren de la gasolinera, no pueden estar aquí”, dice un mando militar con voz fuerte a unos 30 transportistas y a 11 mujeres que se aglutinaban este martes minutos después de las 12 del día para iniciar una protesta en Petatlán, a un costado de la carretera Acapulco-Zihuatanejo, en las inmediaciones de una gasolinera en la colonia Magisterial.

Diecisiete días después de que ocurriera una masacre de 13 personas en un palenque, la cabecera municipal de Petatlán está blindada por cientos de militares, agentes de la Guardia Nacional y Policía Estatal.

En sus dos entradas o salidas hacia Zihuatanejo o Tecpan están instalados más de cuatro filtros de seguridad en cada dirección.

La mañana de este martes, un grupo de pobladores de diferentes comunidades de la sierra de Zihuatanejo y Petatlán se habían citado en la cabecera de este último municipio para exigir dos cosas: que la Fiscalía General del Estado (FGE) no entre a sus localidades y justicia para las personas asesinadas en el palenque.

Sin embargo, los militares y agentes de la Guardia Nacional y Policía Estatal intimidaron y evitaron que pobladores y transportistas se manifestaran.

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Minutos antes, en el Rastro municipal de Petatlán, ubicado a un costado de la terracería que lleva a la comunidad de Puerto las Ollas, 11 mujeres esperaban a otros pobladores en este lugar, donde el olor a restos de carne y hueso era tan penetrante al olfato que atraía a decenas de zopilotes.

Las mujeres esperaban a otro grupo de habitantes de las localidades serranas de Vallecitos de Zaragoza, Real de Guadalupe, San Antonio, La Laja, La Ciénega, Las Mesillas e Higueritas, del municipio de Zihuatanejo, que se unirían a ellas para bloquear la carretera federal en Petatlán.

Pero no ocurrió como lo planearon. En uno de los filtros en San Jeronimito, los casi 120 pobladores de Zihuatanejo fueron retenidos por los militares, quienes les impidieron la entrada a la cabecera de Petatlán.

El grupo de 11 mujeres, originarias de la localidad La Morena de la sierra de Petatlán, decidieron caminar hacia el crucero e intentar manifestarse. Sin embargo, hasta el Rastro llegaron tres patrullas, dos vehículos y un rinoceronte del Ejército y Guardia Nacional.

Las mujeres fueron interceptadas, los militares les preguntaron quiénes eran, de dónde eran y a dónde se dirigían. Les pidieron que les dieran sus nombres y lanzaron la pregunta: ¿vienen a una manifestación?

A pesar de los cuestionamientos las mujeres caminaron hasta la gasolinera ubicada en la colonia Magisterial. Allí ya las esperaban un grupo de unos 30 transportistas que se unirían al bloqueo. Pero detrás de ellas también llegaron los militares.

Aglutinados en un pequeño andador, los transportistas y las mujeres esperaban que el grupo que venía de Zihuatanejo lograra pasar el cerco.

Pero los militares bajo el pretexto de que el dueño de la gasolinería reportó la reunión, les exigieron que se retiraran del lugar.

Los transportistas se dispersaron frente a la gasolinera. Y las mujeres intimidadas por los militares no les quedó más que ofrecer una conferencia de prensa.

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Una de las mujeres -que pidió reservar su nombre- expuso que la noche del 6 de enero en el palenque de Petatlán fueron 15 personas las asesinadas, entre hombres, mujeres y niños. Dos más que la versión oficial que dió el ayuntamiento, y nueve más que las contabilizadas por la Fiscalía General del Estado (FGE).

Las manifestantes responsabilizaron a hombres armados de El Parotal, quienes según su versión, irrumpieron en el lugar y ráfaguearon sin buscar a gente armada o culpables. También contradiciendo la versión que dió el presidente Andrés Manuel López Obrador en una de sus visitas a Acapulco, que se trató de un enfrentamiento entre grupos armados.

“El grupo que atacó el palenque fue el liderado por Hugo Maldonado Guillén, alias El H; Nolberto Salgado Aguilar, alias El Calero; Filiberto Arriola Olascoaga, alias El 52 o El File; Juan Espino Cortés, alias El Aguacatero; Víctor Espino Cortés, presidente y vocero de esa zona; Edilberto Bravo Barragán, alias El Gavilán; Gregorio Rodríguez Villa, alias El Goyo; y Tobías Rodríguez, alias El 01”, detallaron las mujeres.

El reproche de las inconformes es que la gobernadora morenista, Evelyn Salgado Pineda, no ha dado condolencias y menos se ha presentado para escuchar a las familias de las víctimas de la masacre de Petatlán.

“Hablamos por las familias que tienen miedo”, dicen. “La gobernadora atendió la masacre que hubo en El Durazno, pero no aquí”, también reclaman.

Los señalamientos escalan. Las pobladoras exponen que el Ejército está protegiendo al que llaman el “Cártel de El Parotal”, bajo el general Martín Gerardo Franco Flores, quien brinda apoyo a El Calero y sus aliados, dicen, para militarizar los pueblos de Petatlán.

Por la masacre piden que haya justicia y que paguen los responsables.

La segunda queja de las inconformes, es que personal de la FGE se mete a la fuerza en sus viviendas y causa atropellos en sus pueblos, roban pertenencias y dinero sin que nadie los detenga, por ello, hicieron énfasis en su petición de que no permitirán los habitantes que entre personal de la Fiscalía en sus localidades.

A las 2:30 de la tarde, tras ver impedida su manifestación las 11 mujeres retornaron a su comunidad.

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A cinco minutos de distancia en vehículo de ese lugar, en San Jeronimito, tres filtros de militares más adelante en dirección hacia Zihuatanejo, 120 pobladores y algunos otros transportistas fueron retenidos por un grupo de militares para que no entraran en Petatlán. Además el delegado de Gobernación, Onésimo Yañez Moreno, anotó las quejas.

Alondra Gutiérrez Peñalosa, una de las manifestantes, explicó al delegado de Gobernación que a las 6:30 de la mañana del jueves 18 de enero, policías ministeriales de la FGE resguardados por cuatro camionetas de militares se metieron a la fuerza en algunas casas en Vallecitos de Zaragoza.

“Nos gritonearon, que les diéramos todo lo que tuviéramos, que les diéramos cosas y pues la verdad no tenemos nada, nos quitaron los teléfonos cuando empezamos a grabarlos, nos quitaron dos teléfonos, nos maltrataban… Me quitaron mi carro de mi casa, me quitaron las llaves a la fuerza…no traían orden de nada y al final cuando se llevaron el coche me dijeron vamos a regresar y sí lo hicieron a otro día, llegaron a la casa de un vecino. Yo les dije varias veces qué buscan, qué quieren, pero no me contestaron nada. Yo les dije que no era forma de meterse a un hogar. Les hubiéramos abierto la puerta de la casa, pero no era para que nos tiraran puertas, chapas y todo, y hacer regazón de cosas”, detalló Gutiérrez Peñalosa.

Pero Alondra afirmó que este martes también fueron intimidadas: “No nos dejaron pasar (a la protesta en Petatlán), nos detuvieron. El coronel nos dijo que aquí nos podía atender y nosotros le dijimos que queríamos llegar a las instalaciones de Petatlán y nos dijo que no. Y que si queríamos que aquí”.

Otra mujer de Vallecitos de Zaragoza denunció que los ministeriales la jalaron de los cabellos delante de sus hijos de seis años: “No me dijeron nada, sólo entraron a mi casa, me agarraron y me arrastraron, me esposaron y mis niños ahí llorando, creo que no es lo justo. Me robaron mis ahorros que tenía de un año y se los llevaron. Se comieron toda la despensa de la cocina”.

Otra pobladora explicó que ella habita en una comunidad cercana de Vallecitos de Zaragoza, donde el 18 de enero también subieron hombres a bordo de camionetas blancas sin logotipos ni placas y acompañados por dos carros de militares, quienes se metieron a la fuerza a la casa de una vecina y a la suya, y apuntandoles con sus armas a su hija y a ella le quitaron un arma que tenía registrada legalmente.

“Ellos dijeron que no necesitaban ninguna orden para entrar a mi casa, que eran de la Fiscalía del Estado de Guerrero y que podían hacer lo que ellos quisieran… algunos iban vestidos de civiles y la mayoría vestidos de negro, encapuchados…Desgraciadamente vivimos en un estado de gobierno de corrupción, todos los pobladores no tenemos ningún resguardo de ningún tipo porque ya no nada más necesitamos cuidarnos de la gente mala sino que necesitamos cuidarnos del gobierno”, agregó.

La mujer lamentó que hasta el mismo gobierno ha desaparecido muchachos, y nadie está haciendo nada, no hay justicia.

“Entre los que se disputan las plazas están matando gente inocente, y también el gobierno. Entonces nosotros dónde quedamos. Qué es lo que pasa, el mismo gobierno está atacándonos, a dónde nos vamos nosotros, hacia donde nos avientan, no se me hace justo, para que toda la gente sepa cómo trabaja el gobierno del estado de Guerrero, son unos corruptos, no sé que sean realmente, si son maña o son gobiernos”, terminó por recriminar la mujer al delegado de Gobernación.

La movilización en San Jeronimito también fue disuadida. Tras la masacre en Petatlán decenas de filtros de seguridad están instalados en la carretera federal Acapulco -Zihuatanejo. ¿Cuánto tiempo durará blindada Petatlán? ¿Inhibiran de fondo la violencia en la región o sólo como este martes disiparán las manifestaciones de los pobladores?