Tlacolol – Saldaña: venganza a quien desafíe su hegemonía en la UAGro
Por: Jesús Guerrero, Emiliano Tizapa y Arturo de Dios Palma.
La última renovación —porque no se le puede llamar elección— de direcciones de las preparatorias y facultades de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) dejó por lo menos dos lecciones muy claras.
La primera: quién desafíe la hegemonía que estableció desde hace casi diez años Javier Saldaña Almazán en la universidad tendrá un castigo.
Y la segunda: se abrió una pequeña grieta en la hegemonía de Saldaña. Pequeña, pero al fin grieta.
El 21 de mayo, en la Uagro se renovaron las direcciones en todas las escuelas. En el 99 por ciento se impuso la hegemonía de Saldaña: desde rectoría obligó a los profesores a que hubiera candidatos de unidad, como es su nefasta costumbre.
¿Y cómo logró Saldaña la unidad en el 99 por ciento de las escuelas de la Uagro?
Con su método ya muy conocido por todos y que aquí lo recordamos.
Saldaña se hizo del poder de la universidad a través de su método infalible: la cooptación. Un universitario que lo apoya puede lograr lo que quiere: la basificación, una recategorización, que entre el hijo, la nuera, la esposa, el esposo, más salario o privilegios. O un tiempo completo. O una beca, un viaje. Si lo apoyan todo se puede. Lo único que pide es subordinación. En cambio, el universitario que se niega, en automático se convierte en parte de los apestados, los aíslan y no logran nada, ni la basificación de una horita. Nada.
Para esta renovación —porque no fue elección— Saldaña le agregó otra artimaña: ordenó negarle a los profesores y profesoras que quisieran competir —y que no contaban con su venia— la carta de honorabilidad, un requisito para ser registrados. Así se fue sometiendo a los que se quisieron salir del corral.
Donde los ánimos se alebrestaron, canceló la renovación, como en la Facultad de Comunicación y Mercadotecnia, donde se logró postular un profesor que no contaba con su venia. Un grupo de estudiantes exigió que hubiera elecciones, que les permitieran votar. Saldaña los ignoró, y al nuevo director de esa escuela lo nombrará él directamente. Asunto arreglado.
De plano donde no pudo evitar la postulación de dos candidatos y, por lo tanto la elección, fue en la Faculta de Ciencias Químico Biológicas. Ahí se postularon los profesores Carlos Ortuño Pineda (el oficial) y Julio Ortiz Ortiz (el opositor). Y tras casi una década, los estudiantes de esa facultad tuvieron más de una opción para votar. Hubo competencia.
La jornada electoral fue muy tensa. Y no era para menos, estaba pasando algo que Saldaña detesta: que los profesores y estudiantes puedan decidir libremente.
El rector eso no lo iba a permitir, le ganó la tentación: la jornada electoral estuvo plagada de irregularidades de principio a fin.
Primero no le permitieron a los representantes del candidato opositor ver el padrón de votantes, luego les negaron verificar el número de boletas (1,498) y si éstas estaban foliadas. Cuando llegó la hora de contar los votos, los números no cuadraron: se emitieron más votos de las boletas entregadas.
Ante esto los representantes del candidato opositor pidieron lo obvio: una revisión, pero los integrantes de la Comisión Electoral se negaron y se vino el desmadre.
Un grupo, entre funcionarios de Rectoría, tomaron las casillas y se las llevaron. En videos difundidos profusamente se ve cómo desde el segundo piso de uno de los edificios tiran las urnas y quienes las cachan salen corriendo con ellas.
En resumen: la única elección que se realiza en la Uagro desde hace casi diez años fue un cochinero.
Al día siguiente, profesores y estudiantes bloquearon calles para exigir la revisión de las urnas y de la elección en general. Le pidieron también a Saldaña que pusiera orden en sus funcionarios, que esclareciera la elección. Los ignoró.
El profesor Julio Ortiz, el candidato opositor, aseguró que continuaría en la exigencia de que la elección se limpiara. Tampoco descartó que vinieran represalias.
Y las represalias llegaron.
Dos días después de la elección, Saldaña destituyó a Berenice Illades Aguiar como secretaria general de la Uagro.
Illades Aguiar es profesora emérita de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas y Julio Ortiz era su candidato.
La profesora emérita hasta este 21 de mayo era aliada de Saldaña, por eso fue nombrada secretaria general. Fue también comparsa en las tres elecciones de Saldaña como rector.
Román Ibarra Flores, fue profesor de tiempo completo de la Facultad de Derecho de la Uagro y también fue uno de los principales opositores y críticos de Saldaña.
Ibarra Flores ubicaba a Illades Aguiar como una aliada de Saldaña pero también como una beneficiaria de la hegemonía.
—¿Qué pasó con los universitarios de alto perfil, los guerrilleros, los investigadores?— se le preguntó en la última entrevista que tuvimos.
—Fueron cooptados. Arturo Miranda, Berenice Illades fueron cooptados. En el caso de Berenice hay negocios. Ella y su esposo están participando en actividades que les genera dinero extraordinario a su salario por manejar recursos públicos. Ella es directora de Investigación y en ese cargo tiene acceso a recursos. Sé que han mejorado mucho económicamente en estos 10 años de Saldaña. Pero no creo que Berenice esté convencida de las cualidades que le atribuyen a Saldaña, lo que los hace estar ahí es la conveniencia. Yo conozco a Berenice desde los 70. A Berenice e igual que Arturo Miranda, estar con Saldaña les ha representado una mejoría económica.
Ahora Illades Aguiar desafió a Saldaña para mantener su bastión y sufrió las consecuencias.
Las represalias siguieron. Este lunes, 27 de mayo, Saldaña encabezó la sesión extraordinaria del Consejo Universitario. Sesionaron en la zona más lujosa de Acapulco: el Forum Mundo Imperial.
Los consejeros aprobaron el dictamen del Tribunal Universitario que proponía la expulsión de trece profesores y un estudiante de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas por “haber secuestrado a los integrantes de la Comisión Electoral” la noche del martes 21 de mayo.
La lista la encabeza el candidato opositor: Julio Ortiz Ortiz. También fueron expulsados de la Uagro: Adolfo Román Román, Verónica Antonio Becker, Lorenzo Salgado Goytia, Roberto Dircio Maldonado, Hilda Jiménez Wences, Dinora Martínez Carrillo, Francisco Torres Rojas, Marcos Torres Armenta, Eruviel Toledo Hernández, Isela Parra Rojas, María Isabel Zúñiga Guerrero, Karla Elvira Gómez y Luis Ángel Benítez.
El Consejo Universitario está sometido por Saldaña. Un ejemplo, la última vez que fue electo, 196 de 204 consejeros le dieron su aval para que se registrara como candidato, los únicos que no lo firmaron son los integrantes de la Comisión Electoral.
Con este dato, es obvio que la decisión de este lunes fue una orden de Saldaña. La expulsión de los trece profesores y el alumno ya corrió como pólvora como un mensaje: nadie puede desafiar su hegemonía porque la sanción será ejemplar.
También lo dejó desnudo: estamos ante un personaje autoritario.
La elección, la destitución de Illades Aguiar, la expulsión de los profesores y el alumno son malas señales para dentro y hacia fuera de la Uagro. Hacia dentro, con los estudiantes, ¿cuál es la enseñanza que deja esta elección? Que tienen que subordinarse, que no deben pensar, que no tiene la libertad de elegir y a quién lo hace se le castiga.
Pero también deja referentes equivocados; los jóvenes de prepa y de las facultades deberían de estar participando en elecciones ejemplares para que cuando salgan a la vida no vean normal el robo de urnas, el acarreo, la cooptación. Que sean capaces de oler a la primera a políticos ladrones, mentirosos y los rechacen y no que se les unan.
Con Saldaña se acabó el razonamiento, la protesta, porque han construido está falsa hipótesis de que lo ideal para la universidad es la unidad.
A la Uagro la convirtió en una tumba cuando se trata de criticar la violencia que vive Guerrero, incluida la que sufren sus propios universitarios. A decenas de profesores y estudiantes los han asesinado, desaparecido y la universidad, la de Saldaña, ha preferido el silencio cómplice.
En cambio, Saldaña ha utilizado a la universidad como su moneda de cambio, cuando el gobernador era Héctor Astudillo, la universidad estuvo al servicio del PRI, incluso, en el pasado proceso electoral, los universitarios apoyaron a Mario Moreno Arcos, para que fuera gobernador.
Antes, Saldaña ya había utilizado a la universidad en su intención de convertirse en candidato del PRI a gobernador.
Ahora, que el escenario político está cargado a favor de Morena, Saldaña es morenista y los universitarios también. Se convirtió en un aliado más del clan de los Salgado y ahora son inseparables. En muchos eventos de la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, Saldaña está ahí junto a un grupo de universitarios que se desgarran la voz echándole porras.
La cooptación ha sido su método, pero Saldaña necesitó una estructura para ponerlo en práctica. Construyó un ejército que le operara política y electoralmente, que abarcara toda la universidad. ¿Cómo lo logró? Con los recursos de la propia universidad.
De acuerdo al Convenio Marco de colaboración que firma la Secretaría de Educación Pública y el gobierno de Guerrero, la Uagro en 2023 recibió un subsidio gubernamental de 3 mil 145 millones 359 mil 562 pesos.
De esos, 2 mil 295 millones 359 mil 560 pesos los transfiere la SEP, y el resto, 850 millones, el gobierno del estado.
Del monto total, 2 mil 21 millones 441 mil 986 pesos son para sueldos, prestaciones de los universitarios; mil 27 millones 984 mil 542 pesos son para Gastos de Operación. El resto lo gasta la universidad en el pago de estímulos al personal docente y gasto de operación peso a peso.
Con el rubro de Gastos de Operación, contó Ibarra Flores, Saldaña construyó su ejército de operadores.
“Saldaña sometió al Consejo Universitario para que le aprobara disponer de esos recursos y los utilice para pagar esos espacios que la SEP no se lo está autorizando. Incluso, la SEP desde 2019 le pidió que los despidiera. En 2019 eran 600, ahora 2,000”.
–Esos 2,000 trabajadores, ¿quiénes son?
–Son personas contratadas por el equipo de Saldaña, muchos directamente por él. Muchos deben estar por contrato, los tiene agarrados del estómago. Son 2,000 que son operadores políticos. Son 2,000 incondicionales que tiene distribuidos en toda la universidad y además parte de ese dinero lo utiliza para el control político. Así cuando le vamos a ganar. Muchos no cumplen ni funciones académicas ni administrativas, son jóvenes que están en las escuelas operando lo que les dicen. Es la estructura política-electoral de Saldaña”.
Otra cosa que ha construido con el presupuesto de la Uagro, es su riqueza que siempre ha sido cuestionada.
Hace un año más o menos, el ex gobernador, Zeferino Torreblanca Galindo, se refirió a Saldaña como “el rector más rico del país”.
En 2018, el defenestrado ex gobernador, Ángel Aguirre Rivero, escribió en sus redes sociales: “¿Cómo un rector de una Universidad tan pobre como la nuestra puede comprar caballos de dos o tres millones de pesos? La Universidad Autónoma de Guerrero debe ser sometida a una minuciosa auditoría, que se investiguen las propiedades del Rector Javier Saldaña y se conocerán muchas cosas”.
El jefe del clan de los Salgado cuando recibió su constancia de senador electo en 2018 dijo: “No puede ser que haya un pueblo pobre con un gobernante rico, ni puede ser que haya una Universidad pobre, donde se rechazan a los jóvenes estudiantes, con un rector rico, tampoco se puede”.
La elección en la Facultad de Ciencias Químicas Biológicas tuvo costos y costos altos para los expulsados, pero también debe ser la oportunidad para ensanchar esa grieta que se le hizo a la hegemonía de Saldaña. No la pueden dejar perder los universitarios, los estudiantes y profesores. A la universidad debe regresar el diálogo, la discusión, el debate, la disidencia, la rebeldía, el desacuerdo, el razonamiento, la discrepancia.
Saldaña podrá hacer muchas cosas, pero no podrá expulsar a todos los que piensan distintos a él.
Chirrionazo. Cuando José López Portillo, era presidente de México presumía su dicho de que “sus hijos eran el orgullo de su nepotismo” porque a varios de sus progenitores tenían cargos en su gabinete al igual que su esposa y una de sus hermanas.
En Chilpancingo, la alcaldesa Norma Otilia imita esa práctica porque desde que asumió el gobierno nombró a su hermana María Magdalena Hernández como presidenta del DIF municipal y a su cuñado Russel Rivera Romero, director de Comunicación Social.
Ahora Norma Otilia nombró a su hija, Valeria Rentería Hernández, en la presidencia del DIF municipal luego de que su hermana María Magdalena renunció para buscar por Morena la candidatura a la alcaldía del municipio de Tixtla.
Si bien es cierto que en Guerrero gobernadores como Alejandro Cervantes y Ángel Aguirre, también llevaron a la práctica el nepotismo, y obvio la corrupción, ¿no se supone que Morena es o era diferente?
Pero Norma Otilia, hizo la semana pasada otra de las suyas. Resulta que en la inauguración de la galería de fotografías de maestras y maestros notables en la alameda Granados Maldonado mandó a colocar la imagen de su mamá Magdalena Martínez. Así se las gasta la alcaldesa capitalina que aunque lo niegue es la judas de Morena, al apoyar al candidato de la alianza del PAN, PRI y PRD, Alejandro Arcos Catalán.