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Otis: un año de que el huracán desató el terror en el mar

Un marinero relató como salvó su vida de los fuertes vientos del huracán


Redacción. Acapulco, 24 de octubre 2024.

Era una noche como cualquier otra para Daniel Rosas Patrón, un marinero que trabajaba para una embarcación en el Club de Yates de Acapulco, quien nunca se imagino que el huracán “Otis” lo marcaría de por vida.

Un año después del huracán, Daniel ahora trabaja en un autolavado de nombre “Carwash” ubicado en la colonia Potrerillo, en el que su hermano emprendió después de Otis.

Daniel cuenta que llegó al Club de Yates aproximadamente a las 9 de la noche del martes 24 de octubre del 2023, ya advertido por las autoridades marítimas de la proximidad de un fenómeno.

“La neta si nos avisaron de que venía un huracán pero nosotros no dimos importancia, siempre dicen eso y no pasa nada, a nosotros nos tocó el Ingrid y Manuel, pero nunca había pasado nada”, indicó mientras los recuerdos llegaban a su mente.

Sin embargo, todo fue tomado a la ligera por él y su hermano, quien también trabajaba como marinero, inclusive, se dieron tiempo de pescar y de ayudar a un barco vecino que tenía fallas en sus maquinas.

“Cuando salimos a las 10:30 ya estaba el aire fuerte, ya eran ráfagas que juntaban los barcos. Como a las 11 una rafaga de viento fuerte reventó un barco que no traía tripulación y nos chocó, nos hizo un pozo en el casco y nos empezamos a hundir, como a las 11:30 no pudimos salvar el barco”, dijo.

Daniel y sus dos compañeros bajaron de la embarcación mientras hacia agua para refugiarse en otra más grande, desde allá observaron como su yate fue destruido por el choque con otros. Pero el desastre apenas comenzaba, ya que su refugio se convirtió en un blanco fácil para los vientos de “Otis”.

“Quedamos atrapados como 10 cabrones en el barco donde nos refugiamos que era mas grande, se rompieron los cabos y el aire nos cargaba dando vueltas; el capitán encendió las maquinas pero no respondían ante la fuerza del viento, así que anduvimos dando vueltas y chocando con otros barcos”, dijo.

El huracán “Otis” tocó tierra en el puerto de Acapulco a las 12:05 horas del miércoles según el Servicio Meteorológico Nacional y minutos más tarde la situación empeoró para los hombres de mar.

“Ya eran las 12:10, ya no había luz y estaban los vientos fuertes, para ese momento ya no nos podíamos tirar al mar porque nos iban a aplastar los demás barcos; era aguantar en el barco hasta donde mas pudiéramos o tratar de bajar a la orilla”, puntualizó el joven con una familia conformada por sus tres hijos y esposa.

Los minutos transcurrían y para su fortuna el capital de otra embarcación les brindó ayuda lanzándoles un cabo y como pudieron bajaron del yate los 10 sujetos que estuvieron atrapados, tirados pecho tierra llegaron hasta un lugar seguro para buscar refugio.

“Varia banda atorada en los barcos pidiéndonos ayuda, pero ya no podíamos ayudarlos, todos los que estábamos ahí les gritamos que nos disculparan porque ya sus barcos estaban lejos, ya no podíamos ni alcanzarles un cabo porque ya no llegábamos”, indicó.

Al pasar la tormenta, Edson decidió emprender camino a su casa; eran “como cuatro y media, salimos y varia banda que pensamos que había fallecido lograron salir todos raspados, golpeados, uno con el dedo colgándole”.

Al llegar a su hogar encontró todo destrozado, su vivienda llena de agua y su familia refugiada en el baño, los abrazó y rompió en llanto al escuchar “a mi mujer y mis hijos que me decían que no los volviera a dejar solos en las lluvias”.

Desde ese entonces asegura tener en claro que el mar nunca se debe dejar a la ligera ya que su imponente fuerza debe ser respetada; además de que asevera que nunca más volverá a cuidar una embarcación durante un fenómeno de tal magnitud, recordando que vale más su vida y la de su familia, que cualquier empleo.

De acuerdo con el presidente de una cooperativa de concesionarios del Paseo del Pescador, Alejandro Martínez, se estima que se han recuperado alrededor del 28 por ciento de las mil 600 embarcaciones que el ciclón afectó, algunos se repararon, otras más se adquirieron nuevas.

Se estima que la mayoría de lanchas y yates aún siguen en el fondo del mar hechas pedazos.