“Mentes sin escrúpulos, asesinas, se atrevieron a quitarle la vida a un hombre trabajador”, reprochan en sepelio de dueño de bar
El suegro de César Alejandro Ovando lo definió como una persona servicial, alegre y trabajadora que empezó desde abajo y ofrecía empleo a las personas
Yasmín García. Chilpancingo, 28 de abril 2025.
“Mentes sin escrúpulos, asesinas, se atrevieron a quitarle la vida a un hombre trabajador que generaba empleos”, reprocharon en el sepelio del empresario y trabajador del Hospital de la Madre y el Niño Guerrerense (HMNG), César Alejandro Ovando Molina, quien fue asesinado a tiros el sábado en su bar La Martina en Chilpancingo.
Entre exigencias de justicia, porras y aplausos en el panteón central fue sepultado el empresario y trabajar del gobierno estatal.
En la misa de cuerpo presente, el sacerdote de la capilla del señor de la misericordia del panteón central pidió por el eterno descanso de César Alejandro.
Antes de la misa fue despedido en la explanada del HMNG por sus compañeras y compañeros de trabajo, quienes le arrojaron pétalos de flores blancas, después fue despedido en el bar La Martina ubicado en la avenida Lázaro Cárdenas donde ocurrió el ataque armado la noche del sábado 26 de abril, donde también resultó herido el joven Edson García.

En el sepelio, el suegro de César Alejandro agradeció a los asistentes, además lo definió como una persona servicial, alegre y trabajadora que empezó desde abajo y ofrecía empleo a las personas.
“Mi yerno era gente trabajadora, chingona, no huevones, que desde abajo empezó a chingarle, estaba en la cúspide con nuevos proyectos, muy al pendiente se quedaron proyectos, mi yerno era gente muy inquieta que no se le pasaba nada, era muy atento, muy servicial, él valoraba a toda su gente”, dijo.
Reprochó el asesinato de César, exigió justicia y afirmó que “como se dieron cuenta en el Hospital y en La Martina la gente lo quiere, él quiso hacer fuentes de trabajo gente de bien con un carácter alegre, jovial, que no hablaba, gritaba, llegaba siempre a motivar a la gente”.
Los asistentes, entre ellas trabajadores del HMNG y del bar La Martina, lo despidieron entre aplausos y exigencias de justicia.