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Elaboración de roscas caseras una tradición que perdura

María Ernestina Alarcón Catalán, elaborada las tradicionales roscas desde hace 40 años


Texto: Yasmín García

Foto: Oscar Guerrero

Elaboración de rosca de reyes un negocio familiar en Chilpancingo, María Ernestina Alarcón Catalán se dedica a la repostería desde hace 48 años y casi 40 elaborando las tradicionales roscas de reyes.

Junto a sus hijas, nueras, nietas, sobrinas y algunas trabajadoras comienzan a trabajar a marchas forzadas desde el 31 de diciembre ya que empiezan a recibir pedidos de roscas pequeñas, medianas y grandes.

La señora María Ernestina ha optado por conservar los ingredientes tradicionales en sus roscas caseras la masa es a base de harina, huevo, leche y levadura, mientras que para decorarla no pueden faltar los dulces tradicionales como el ate de membrillo, además de higos y cerezas.

El pan es bañado en miel de piña, elaborada por María Ernestina junto a su familia.

La producción de las tradicionales roscas con muñecos que representan al Niño Dios, de acuerdo a la religión católica ocurre en el callejón Agustín Ramírez atrás del mercado de la colonia los Ángeles al oriente de la ciudad capital.

Al ingresar al domicilio de la familia Alarcón se percibe un olor único es el olor al pan de las roscas inmediatamente se te hace agua la boca.

Doña María considera que nació con el don para la repostería, cuando era niña elaboraba pasteles de plastilina, no recuerda si llegó a elaborarlos de lodo.

“Ese don ya lo trae uno cuando era niña jugaba hasta con la plastilina, hacía mis pastelitos, así empecé jugando después le pedía dinero a mi papá para comprar los ingredientes, se me quemaban mis pasteles y mi mamá me llamaba la atención que dejaba su horno sucio, mi papa me apoyaba él se comía los pasteles junto a uno de sus compadres cada fin de semana me preguntaban qué pasteles haría”, contó María Ernestina mientras parte unas nueces en pedazos junto a una de sus nietas.

Aprendió el oficio viendo revistas, experimentando e inventando sus propias recetas, después de que se casó su esposo la apoyo para que tomará cursos de repostería en la Ciudad de México.

“Mis recetas que tengo fueron hechas por mí, yo las armé, no fue que me las dio alguien a México fui aprender lo básico, yo sola aprendí a hacer los mismos clientes te dicen esto me gusta y así se van quedando las recetas”.

Sus tradicionales roscas las adquieren personas de diferentes ciudades como Taxco, Acapulco, Ciudad de México y Guadalajara.

Por su oficio se siente orgullosa porque junto a su familia ayuda a que la tradición se mantenga entre las familias de reunirse para partir la rosca y convivir.