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Con llanto y exigencias de justicia, despiden al ex alcalde de Tixtla Hossein Nabor

El ex alcalde y subsecretario del Bienestar fue despedido por familiares, amigos y funcionarios en una misa de cuerpo presente a la que asistieron unas 400 personas, el féretro fue sepultado con aplausos, porras y gritos de “justicia”


Itzel Urieta. Chilpancingo, 3 de septiembre 2025

Con aplausos, porras y una exigencia de justicia fue despedido el ex alcalde de Tixtla y subsecretario del Bienestar, Hossein Nabor Guillén, quien fue asesinado la tarde de ayer en este municipio.

Después del velorio que se realizó en Chilpancingo la madrugada de este miércoles, a las 10:30 el cortejo fúnebre salió con dirección a Tixtla, escoltado por la Polícia Estatal para ser despedido en su casa y en la de su madre, además de celebrar una misa de cuerpo presente.

A las 2 de la tarde, el cortejo salió del domicilio de Nabor Guillén con dirección a la iglesia de la Virgen de la Natividad, donde se celebró la misa.

Durante el cortejo que recorrió las principales calles de Tixtla, acompañaron a la familia de Nabor Guillén parientes y amigos cercanos, se sumaron más personas durante el trayecto.

La misa inició a las 3 de la tarde, con la presencia de unas 400 personas, en la iglesia de la Natividad, las más grande del municipio.

A la misa llegaron la diputada federal Yoloczin Domínguez Serna; el delegado del Registro Agrario Nacional (RAN) en Guerrero, Miguel Flores Morales y el secretario de Organización del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) de Morena, Jonathan Márquez Aguilar.

Al término de la misa, en donde pidieron por el descanso de Nabor Guillén, el féretro fue despedido con aplausos, vivas, porras y al último un grito de justicia que lanzaron algunos de los asistentes.

Al salir de la iglesia y después de varios minutos de aplausos y porras, la voz de una mujer se escuchó gritar: “justicia para mi amigo Hossein”, a lo que algunos de los asistentes secundaron con gritos de “justicia”.

Después de la misa, el féretro fue trasladado al panteón central de Tixtla para el entierro, mientras el cortejo fue escoltado por dos patrullas de la Policía Estatal, una de la Guardia Nacional y algunos agentes de la policía y tránsito municipal.

Los servicios funerarios ocurrieron en medio de una ligera lluvia que cayó toda la tarde en Tixtla.

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