Lucila Hernández: busca a su hija María del Sol desparecida en 2022
Tras la desaparición de su hija, Lucila, su hija y su nieta optaron por desterrarse de Iguala para salvaguardar su integridad
Texto: Itzel Urieta. Chilpancingo, 18 de julio 2024
Foto: Oscar Guerrero
La última vez que Lucila Hernández Cruz vio a su hija, María del Sol Román Hernández, fue la mañana del 13 de marzo de 2022.
En su última conversación, María del Sol le dijo a Lucila que “se le antojaba comer mole con arroz” a la hora de la comida cuando regresara de su trabajo.
Lucila hizo el mole, pero nadie de su familia comió, porque ese día cuando María del Sol regresaba de trabajar fue interceptada por una camioneta en Iguala, y hombres armados se la llevaron.
María del Sol viajaba con su hermana y su esposo, quienes le contaron a Lucila que la camioneta aventó a María del Sol (quién iba en una motocicleta), cayó al piso y fue cuando los sujetos armados la agarraron y subieron a la camioneta.
La hermana de María del Sol intentó defenderla, pero un hombre le dió un “cachazo” (golpe con parte de un arma de fuego) en la cabeza, y para ahuyentarla le disparó un balazo en la pierna.
A Lucila le avisaron que unos hombres se llevaron a su hija, la noticia hizo que entrara “en shock”.
Lucila define a su hija María del Sol como una joven sencilla y trabajadora.
La mujer interpuso la denuncia formal por la desaparición de su hija; por ello, Sandra Luz Román, representante del colectivo Madres Igualtecas, quien además es cuñada, la invitó a formar parte del colectivo.
“La verdad yo no quería unirme”, recuerda Lucila, pero se sumó por el deseo de encontrar a su hija.
Lucila participó en las búsquedas en vida en Chilpancingo, realizadas por Madres Igualtecas en cumplimiento a las recomendaciones de la CEDAW, por la desparición de Ivette Melissa Flores Roman, quien despareció el 29 de octubre de 2012.
“Yo no había salido a ninguna búsqueda así, en vida, hemos ido a búsquedas de campo, es la primera vez que vengo así”, afirma.
Unirse al colectivo, le permitió conocer a madres y padres que buscan a sus hijos y han pasado por la misma situación que ella.
Lucila dice que el ambiente del colectivo es un lugar de armonía y convivencia, en el que las madres y padres que tienen una persona desaparecida se apoyan.
“Yo no quisiera que a nadie le pasara y sufra lo que yo estoy sufriendo, porque muchas personas te dan la espalda y hasta te dejan de hablar”, reconoce.
Lucila, su hija y su nieta optaron por desterrarse de Iguala para salvaguardar su integridad.
Hasta el momento, las autoridades le informaron que tienen información sobre algunos lugares en los que han visto a María del Sol.
“Han ido y cuando van, no han encontrado nada”, reprocha.
Pidió a la autoridades apoyo para los colectivos y madres buscadoras, para hacer búsquedas y localizar a su familiares.
Lucila tiene la esperanza de localizar a su hija con vida.
“No tenemos apoyo de ninguna autoridad, quisiera que se pusieran en nuestros zapatos para que vean lo que estamos sufriendo y lo que se siente al tener un familiar desaparecido”.
María del Sol tenía 31 años al momento de su desaparición. Su ficha de búsqueda de Protocolo Alba sigue activa.