El pueblo de Ometepec que rindió homenaje a un Policía asesinado
El gobierno municipal de Ometepec decidió callar el asesinato de cuatro de sus agentes de seguridad, quienes murieron en cumplimento de su deber
Texto y foto: Eduardo Yener de los Santos
Ometepec, 24 de noviembre del 2023
Santa María Asunción una comunidad pintoresca que preservar su acervo cultural de textiles antiguos, despidió este miércoles 22 de noviembre a uno de sus ciudadanos más honorables: el comandante Laurenciano Brito Reyes, policía asesinado junto con tres de sus compañeros la noche del 20 de noviembre en el pueblo Cruz de Corazón, cuando acudieron a atender un reporte por violencia familiar.
La gente de Santa María Asunción se colmó de tristeza porque mataron a un hombre policía que dejó de manera perenne a la corporación. Laurenciano Brito más que un policía municipal, -era un padre ejemplar, un esposo e hijo cariñoso, un hermano confidente y un vecino solidario- así lo describió el profesor Nicolás Barragán Urbano, durante el homenaje de cuerpo presente que se hizo en la comisaria del pueblo.
Al comandante Laurenciano, lo asesinaron la noche del 20 de noviembre junto a su paisano natal, Juan Carlos Álvarez Rodríguez y también mataron a sus compañeros de la corporación que respondían a los nombres Alves y Sergio.
Este multihomicidio sucedió en el municipio de Ometepec en la región Costa Chica de Guerrero.
Eran las nueve de la noche del lunes 20, cuando los agentes municipales recibieron una denuncia de violencia intrafamiliar en el poblado Cruz de Corazón: “un hombre golpea a una mujer” indicaba la alerta que hicieron a la policía.
Los agentes se trasladaron al pueblo Cruz de Corazón ubicado a dos kilómetros de la cabecera de Ometepec. Cerca de las diez de la noche, el reporte de alerta era otro: “Reportan balacera en Cruz de Corazón”
El periódico digital Diario Alternativo de la Costa Chica, con sede en Marquelia, fue el primer medio de comunicación que informaba de la masacre: “Al momento. Cuatro muertos dejaron un ataque a la Policía Municipal de Ometepec, en Cruz de Corazón” confirmó e informó ese portal de internet.
Los cuerpos de los cuatro policías asesinados quedaron depreciados sobre una calle de terrecería, justo frente a la casa donde minutos antes, un hombre, padre de familia golpeó a su esposa.
Los primeros reportes que la Policía estatal hizo llegar a periodistas en Chilpancingo, ciudad capital de Guerrero, decían que se trató de una emboscada. Dos días después, el 22 de noviembre, día en que sepultaron al comandante Laurenciano se rumoró en Ometepec que un solo hombre asesinó a los cuatro policías y dejó a otros tres heridos.
Paramédicos de protección civil del municipio de Ometepec fueron los encargados de trasladar a los heridos de Cruz de Corazón al hospital del Bienestar ubicado en esa cabecera municipal.
Los cuerpos sin vida de los agentes permanecieron horas tendidos en el suelo porque a la escena del crimen nunca llegó el personal del Servicio Médico Forense (SEMEFO).
Una vez más, personal de Protección Civil de Ometepec regresó a Cruz de Corazón para levantar los cadáveres y llevarlos al puerto de Acapulco a un SEMEFO de la Secretaría de Salud para que les realizaran la necropsia, pero el estudio no fue posible porque en Acapulco existe contingencia tras el paso del huracán Otis y los SEMEFOS tienen exceso de trabajo.
Los cuerpos retornaron a Ometepec y, el día 22 de noviembre sepultaron al comandante Laurenciano en su lugar de origen, Santa María Asunción.
Discretamente fueron enterrados los otros tres policías en los pueblos de Barranca Honda y en Huehuetán, municipio de Azoyú.
El comandante Laurenciano Brito Reyes fue despedido como un héroe en cumplimiento de su deber por vecinos de su comunidad. Al comandante Laurenciano su pueblo le hizo un homenaje, mientras que el gobierno local no publicó ni una esquela no emitió ni un posicionamiento y, el alcalde, Efrén Adame Montalván de extracción priista no se pronunció ni se inmutó por la noticia.
Aproximadamente a las cuatro de la tarde del miércoles 22 de noviembre, comenzó la misa de cuerpo presente en honor al oficial Laurenciano. Al concluir la misa, celebrada en la capilla del pueblo, se realizó un homenaje afuera de la comisaría, ahí fue donde el maestro Nicolás Barragán Urbano destacó que Santa María despedía a un policía ejemplar, a un ciudadano de bien, que perdió la vida en cumplimiento de su deber.
Cerca de 300 personas acompañaron al panteón a Laurenciano. El maestro Nicolás Barragán a nombre de la comisaria de Santa María, Helinda Galindo, quien es la viuda de Laurenciano Brito, dijo que las familias de los policías asesinados esperan que el gobierno ayude a los deudos, porque los policías municipales perdieron la vida cuando acudieron a un auxilio y, existe la duda si los agentes contaban con un seguro de vida.
Los restos de Laurenciano Brito fueron sepultados en el panteón comunitario de Santa María. El cortejo fúnebre fue acompañado por dos bandas de guerra constituidas por alumnos de la secundaria y la preparatoria de esa comunidad.
Un Policía municipal levantó su escopeta y realizó un disparo al aire como símbolo de despedida a su comandante.