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El masuchitl, una tradición en riesgo en la Montaña de Guerrero

La migración a Estados Unidos y la religión católica ha transformado la ritualidad para tener mejores cosechas en un simple carnaval. A pesar de las influencias, el masuchitl continúa teniendo un pedazo de ritualidad que los mayores se resisten a perder


Texto y fotos: Salvador Cisneros Silva. Olinalá, 28 de octubre 2024.

El masuchitl, un antiguo ritual ofrendario con antecedentes prehispánicos se encuentra en riesgo, su mezcla con la religión y las influencias carnavalescas han deteriorado su originalidad, esto en el municipio de Olinalá, en la Montaña de Guerrero.

Se trata de una ofrenda de agradecimiento a las deidades por las buenas cosechas de chile que se dan en la zona, para esto la población adorna sus mejores chiles en una rama que es acompañada de flores de pericón y flores silvestres
 
El símbolo más importante del ritual es el jaguar que tiene un significado de poder para los campesinos, ese animal daría mayor fuerza a su ofrenda tributaria para que sus deidades le devolvieran el doble de cosechas el próximo año.

El tigre se encarga de recolectar collares de cempasúchil con los ciudadanos en las principales calles y entregarlos en la ofrenda del santuario.
 
Este ritual fue combinado con la fiesta religiosa de San Francisco de Asís, después de la colonización, ahora fue al santo patrón de Olinalá a quien se le entregaban las ofrendas por las buenas cosechas.
 
Sin embargo, este ritual solo lo practican los señores grandes, los jóvenes vestidos de jaguar solo bailan y toman cerveza al ritmo de la música de banda, poco hacen por recolectar collares y ofrendar como parte de la cosmovisión, la tradición se ha convertido solo en diversión.

Otros grupos de jóvenes prefieren disfrazarse de personajes de películas o series populares, esto fue generado por la migración hacia los Estados Unidos que ha tenido el municipio durante los últimos años, transformando la ritualidad en un carnaval.
 
A pesar de las influencias, el masuchitl continúa teniendo un pedazo de ritualidad que los mayores se resisten a perder por completo.