Continúan afectadas familias del Santuario en Tixtla tras paso del huracán John
Vecinos pidieron a las autoridades que los apoyen con el desagüe de la laguna de Tixtla y “que armen un proyecto a futuro” para que no vuelva a ocurrir
Itzel Urieta. Chilpancingo, 20 de octubre 2024.
A tres semanas del paso del huracán John en el estado, varias familias del barrio del Santuario en Tixtla, continúan con afectaciones y agua estancada en las calles.
Tixtla fue uno de los municipios en donde las lluvias provocadas por John generaron afectaciones y dejó a varias familias damnificadas, con inundaciones y pérdidas en sus viviendas.
En la calle Prolongación Insurgentes, del barrio del Santuario, Víctor Vázquez comenzó labores de limpieza para rescatar lo poco que les quedó en su casa después del huracán John, para evitar que haya lodo y se generen zancudos.
En algunas viviendas el agua alcanzó entre uno y dos metros de altura.
Víctor y su familia, conformada por siete personas, salieron de su casa para refugiarse de la inundación. En su casa perdieron enseres, colchones y cosas personales. La creciente del agua comenzó en la noche, por lo que les fue difícil rescatar sus cosas.
“Vinieron los servidores de la nación y nada más hicieron un censo, pero nunca dijeron en qué iba a consistir el apoyo, y de parte nuestra esperar primero instalarse en la casa y continuar con nuestra vida cotidiana”, contó Víctor.
De acuerdo con el habitante, son unos 270 afectados en la calle Prolongación Insurgentes a quienes solo los censaron, pero no han recibido otro tipo de apoyo.
El estancamiento del agua en las calles provocó un aumento de zancudos, Víctor mencionó que hasta el momento ningún miembro de su familia se ha enfermado de dengue, solo ligeras gripas.
“Vinieron varias veces los trabajadores del ISSSTE y del hospital a poner vacunas de la influenza y del tétano.”
Víctor llamó a las autoridades a que los apoyen en el desagüe de la Laguna de Tixtla.
“Ojalá armen un proyecto a futuro para que ya no nos pase lo mismo porque el año pasado fue igual. Hace tres años estuvo peor”.
En algunas calles del Santuario, trabajadores de la tienda Bodega Aurrera apoyaron con labores de limpieza. En varios puntos de Tixtla, aún hay varios campamentos donde los damnificados acuden a alimentarse.