“Lo que más ofende” es por qué a Lucio no se le hizo un homenaje pero a su represor sí: afirma Micaela Cabañas
La hija del profesor rural revela que en el 50 aniversario de la caída en combate del luchador social, el gobierno no autorizó el homenaje cívico para el guerrillero. También cuenta que la secretaria de Cultura prometió pintura para tres murales, pero al final solo dio unos botes para uno solo
Emiliano Tizapa Lucena. Chilpancingo, 12 de noviembre 2025
La hija del profesor rural Lucio Cabañas Barrientos, Micaela Cabañas Ayala, reprochó que el gobierno de Guerrero haya conmemorado al gobernador represor, Rubén Figueroa Figueroa.
“Lo que me ofende más es que por qué a mi papá no (se le hizo un homenaje cívico) y a ese genocida sí, o sea, eso es lo que me duele en este momento”, aseguró.
Sin embargo, la hija del luchador social más icónico del movimiento popular en la década de los setentas reveló que a la secretaria de Cultura de Guerrero, Aida Melina Martínez Rebolledo, en diciembre pasado le solicitó pintura para 18 murales en la Sierra de Atoyac, pero la funcionaria solo autorizó tres y finalmente solo le dio unos botes de pintura para uno solo.
Consultada vía telefónica respecto al homenaje que el pasado 9 de noviembre se realizó en Huitzuco por el natalicio de Figueroa Figueroa, Cabañas Ayala sostuvo que siente indignación y una ofensa sobre todo porque el ex gobernador fue un personaje “que le ha hecho tanto daño al estado y a la población de Guerrero”.
“Pienso que fue un grave error por parte de nuestro gobierno del estado y de los funcionarios que les toca dirigir las actividades cívicas”, sostuvo.

Cabañas Ayala contó que en diciembre de 2024, cuando conmemoró 50 años de que su padre cayó en combate contra el Estado Mexicano tocó la puerta del gobierno estatal.
“Una persona ahí, muy cercana a Evelyn (Salgado) que dijo, ‘¿Y eso cuándo se ha visto, como por qué?’ Y pues ya después yo creo reflexionaron, me llamaron y yo dije, ‘Bueno, entre las cuestiones que pido, precisamente es el homenaje cívico por primera vez a los 50 años (de la caída en combate) del maestro Lucio. Se quedó en una plática porque yo tenía que hablar con el encargado de actividades cívicas que en ese entonces era un compañero de Ayotzinapa, David Loma Hernández. Y él desde que entró de hecho venía diciéndome, ‘Oye, vamos a ponernos de acuerdo para conmemorar vamos a ponernos de acuerdo’, pero como eran los 50 años yo lo vi factible y muy significativo. Y él me dijo, ‘Sí, no te preocupes, yo lo hablo’, con su jefa la gobernadora. Transcurrió todo el evento y el 2 de diciembre cuando iba a empezar la marcha (en Atoyac), se acercó muy apenado y me dijo, ‘¿Sabes qué? No me autorizaron.’ ¿Cómo, quién no te autorizó? No, la gobernadora no me autorizó’, me dijo”.
Micaela Cabañas afirma que no le dio importancia porque ya habían celebrado varias actividades durante una semana en Atoyac y con la marcha concluiría la conmemoración a su padre.
“No me sentí ofendida la verdad, lo que me ofende más es por qué a mi papá no (se le hizo un homenaje cívico) y a ese genocida sí, o sea, eso es lo que me me duele en este momento”, dijo la hija del luchador social.
Luego del homenaje al ex gobernador priista, Micaela Cabañas sostiene que ha encontrado mucha solidaridad, porque para muchas personas ha sido ofensivo, en especial para las víctimas y sobrevivientes de la represión que cometió el Estado mexicano, que encabezaba en lo local Figueroa Figueroa.

“Me he visto muy arropada y he visto la gran indignación que causa en nuestro estado y en otros países. Nos han estado llamando de otros estados, activistas que se han tomado el tiempo de mandar un mensaje. ‘Estamos contigo, no estás sola’. Y yo sé que no es una sola cosa mía, pero la herencia del maestro Lucio Cabañas es grande, fuerte y la tenemos que llevar con mucha dignidad”.
Cabañas Ayala afirmó que cuando acudió al Campo Militar número 1, conoció a la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la hoy presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo.
“Lo único que le vamos a pedir es que nos dé justicia a las víctimas porque quizás en el periodo del presidente Andrés Manuel López Obrador no se logró todo lo que nosotros requerimos. Venimos sufriendo más de medio siglo en una espera de reparación del daño, que no llega y que cada día se nos van muriendo más y más compañeros que estuvieron en esa lucha y no llega la reparación del daño”, comentó.
Cabañas Ayala añadió que: “Yo pediría al gobierno federal y a la presidenta porque lo hablé alguna vez con ella personalmente, el honor que merece mi papá, el reconocimiento que merece el maestro Lucio, el maestro Genaro y muchos otros compañeros que lucharon para que esta democracia y esos lugares políticos donde ellos ahora están, se dieran. Perdieron su vida en eso”.
La hija de Lucio Cabañas comentó que muchos niños, niñas y familias padecieron las cárceles clandestinas, como ella, por lo que “ya es justo que se nos repare el daño, se nos pida una disculpa pública a nivel nacional e internacional y se nos dé justicia por fin. Por supuesto que quite los nombres de todos los represores de donde quiera que estén en nuestro país”.
–¿Pedirías la salida como lo hacen varias organizaciones de la secretaria de Cultura, Aída Melina Martínez, y también la disculpa pública?, se le preguntó a Micaela Cabañas.
–”Fíjate que el año pasado en el 50 aniversario teníamos una cuestión cultural, yo quiero rescatar la cultura por medio de la lucha de mi papá. Le pedí (a Aída Melina Martínez) que fuera la gestora y por órdenes también de la gobernadora el año pasado que nos diera unos murales. Era para los pueblos, eran 18 murales. Ella dijo, ‘Sí´. A finales de año nada más me autorizaron que se hicieran tres murales, me dice, ‘ya después iremos haciendo los demás’. Y al final, ¿sabes qué me hizo esa señora (Aída Melina Martínez)? Me dio unas cuantas latas de pintura con la cual el artista (Javier Tellez) hizo lo que pudo para hacer un solo mural donde nació mi papá en El Porvenir, municipio de Atoyac”.
De acuerdo con la activista, su idea era crear con los murales una ruta de la esperanza, en las poblaciones de la Costa Grande donde Lucio Cabañas despertó las conciencias y cada mural contaría la historia de cada población y la represión sufrida.
“Y pues se portó muy mal, se portó muy mal con el movimiento social, ella no puede decir, ‘No sé, no conozco la historia’. Por supuesto que la conoce. Yo no soy quién para pedir su destitución, pero se lo merece, porque no estuvo a la altura del cargo que le corresponde”, argumentó Cabañas Ayala.
