POLÍTICA

Busca Congreso de Guerrero tipificar el delito de acecho con penas de seis a dos años de prisión

La diputada local por Movimiento Ciudadano ( MC), Deyanira Uribe Cuevas aseguró que el acecho es una conducta que se manifiesta mediante la vigilancia y escala hasta convertirse en forma severa de violencia que puede culminar en feminicidio


Yasmín García. Chilpancingo, 22 de abril 2025.

La diputada local por Movimiento Ciudadano (MC), Deyanira Uribe Cuevas presentó una iniciativa de reforma y adición al Código Penal y a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de Guerrero, para tipificar el delito de acecho con penas de seis meses a dos años de prisión.

El acecho es una conducta que se manifiesta mediante la vigilancia y escala hasta convertirse en forma severa de violencia que puede culminar en feminicidio.

“Al tratarse de una conducta autónoma, no sexual, reiterada y no deseada, que atenta contra la libertad, seguridad e intimidad de las mujeres. El objetivo es prevenir su posible escalamiento a delitos más graves como el feminicidio y garantizar una protección más efectiva a las víctimas de violencia”, dijo la legisladora local en tribuna.

Indicó que el acecho se refiere tambien a un comportamiento sistemático y prolongado mediante el cual una persona espía, persigue o acosa a otra sin su consentiemiento, por lo que, este comportamiento afecta la libertad y seguridad de la víctima, generando un impacto emocional severo y un miedo constante afectando su bienestar.

“El acecho, también conocido bajo el neologismo como stalking, es una conducta repetitiva e intrusiva que tiene como objetivo controlar, intimidar o acosar a una persona, generando un grave impacto en su estabilidad emocional, psicológica y física. Si bien es cierto, esta práctica ha existido desde tiempos remotos, Ia digitalización y la proliferación de las redes sociales han facilitado su ejecución, permitiendo que los acosadores actúen con mayor impunidad y anonimato”, reprochó Deyanira Cuevas.

Ejemplifico el caso de Valeria Macías, una maestra de Monterrey, que durante más de ocho años, fue victima de acecho por parte de su exalumno, quien la acosaba de manera constante y obsesiva, que recibía hasta 300 correos electrónicos al día, mensajes y llamadas de su agresor, quien además la esperaba fuera de su lugar de trabajo, incluso, la amenazó de muerte.

Uribe Cuevas subrayó que el acecho puede venir de algún familiar o amigo cercano de una vecina o vecino, “de alguien que llama sin cesar o de desconocidos que persiguen continuamente en la calle o toman fotografías; estas conductas de ninguna manera deben ser normalizadas, ni pasadas por alto”.

La iniciativa fue turnada a las Comisiones Unidas de Justicia y Para la Igualdad de Género, que presiden los diputados Carlos Eduardo Bello Solano y Leticia Mosso Hernandez, respectivamente.

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